jueves, 1 de marzo de 2012

Publicado el primero de marzo en Cultura de El Mundo


Creadores Francmasones

Es muy conocida la escasa nómina de masones ilustres que suelen manejar los medios de comunicación españoles: Mozart, los presidentes norteamericanos, muchos políticos de la II República, un par de astronautas… y pare usted de contar. Se cita más a Azaña, cuya filiación masónica fue flor de un día pues a él en realidad no le interesaba el asunto, que a Ramón y Cajal, francmasón ejemplar en todos los sentidos. Mucho se habla también de Machado, el poeta de soledades e ideales masónicos que escribió al Maestro Francisco Giner de los Ríos el poema más conmovedor, sin que ninguno de los dos fueran asiduos y regulares “hermanos”. Por el contrario, apenas se recuerda la condición masónica de Blasco Ibáñez.
La eclosión de la Modernidad post-napoleónica, con el triunfo de la burguesía, el esteticismo y los ateneos literarios, propició un fuerte incremento de las logias masónicas, en las que el librepensamiento y la ética cívica atrajeron a gran número de creadores. El espíritu crítico e independiente del artista-intelectual con imaginación, encuentra feliz acomodo en estos “talleres” en los que se practica el rito pagano de la construcción, el estudio de los símbolos, la discusión razonada y los ágapes, todo dentro de un sano ambiente de igualdad sazonado con espíritu fraternal.
A escritores tan distintos como Dickens, Pushking, Dumas, Mark Twain y Oscar Wilde, les unió su pertenencia a la Fraternidad Universal y tal vez su versatilidad creadora, aunque la aventura es otro nexo importante: Arthur Conan Doyle, y Kipling son los más conspicuos, pero no les va a la zaga el gran Cocteau.
La música, sin embargo, es el universo creativo  más afín. La de cámara nació de manos masónicas como armonía entre voces distintas. A la manida alusión a Mozart, hay que sumar el trío de magníficos que compartieron genio y hermandad: Bach, Haydn y Beethoven. El siglo XX, por su parte, está representado por un póker de ases: Louis Amgstrong, Duke Ellington, Nat King Cole y Gershwing.
El cine ha sido un filón. De Cecil B. de Mille a Walt Disney, pasando por actores tan inteligentes y carismáticos como Douglas Fairbanks, Clark Gable y Peter Sellers.
Hugo Pratt pertenece al clan de los aventureros y venecianos. Su personaje, el inolvidable y conmovedor Corto Maltés, podría ser un paradigma del masón: considerado, estoico, con un punto misterioso y algo melancólico. París se rinde ante él.

IGNACIO MERINO
Escritor e historiador
Maestro Masón de la Gran Logia Simbólica Española

1 comentario:

  1. De lo que no cabe duda es de que progreso, solidaridad, belleza y compromiso forman la tela con que se teje la estructura mental del masón.

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