EL SEMANAL DIGITAL
VUELVE LA NOVELA HISTÓRICA
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Un joven de sentimientos delicados, atrapado en una
España guerrera
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Celtas e íberos, griegos y cartagineses: no es un libro de historia sino
un signo más del regreso de la novela histórica. Ignacio Merino lleva a
tiempos de Aníbal sentimientos del siglo XXI.
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6 de abril de 2009
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La narrativa histórica ha pasado por unas décadas de desprestigio en los
círculos intelectualmente dominantes. Tras su éxito del siglo XIX, a finales
del siglo XX la novela ambientada en el pasado, y por supuesto la ficción
ucrónica o utópica, han vivido su peor momento. Por supuesto se ha seguido
escribiendo y se ha seguido leyendo, pero era considerada casi un género
menor en comparación con los diversos experimentalismos. El lector joven
español tenía y tiene además la dificultad creciente de su propia ignorancia
académica del pasado, que hace incomprensibles para nuestros hijos las
novelas que disfrutaron nuestros abuelos. Ignacio Merino y
bastantes más han rescatado el género de su olvido y lo han cultivado en
dignas obras de notable éxito comercial como este Druida celtíbero que
nos propone La Esfera de los Libros.
Merino despliega grandes conocimientos sobre la Hispania del siglo III a.C., y utiliza las campañas de Amílcar Barca, de Asdrúbal, de Magón y del mismo Aníbal para trazar la peripecia existencial de un joven nativo. No es un libro de historia ni pretende serlo, pues la historia está empleada en la mejor tradición de nuestra literatura como trasfondo de una vivencia personal. El interés de la novela de Merino radica tanto en la historia que cuenta como en los recursos que emplea para hacerlo. En el autor se nota una formación profunda y variada, siendo de necesaria mención las descripciones psicológicas por un lado y la narración de acontecimientos históricos por otro. Asio, el protagonista de Merino, nace como bastardo de un comerciante griego de Ampurias y de una viuda celtíbera en Tiermes; crecido con un padre lejano, tolerante e idealizado y con un hermanastro mayor y admirado, Asio experimenta todas las tentaciones y las pasiones propias de la adolescencia. Reverencia primero la gloria de las armas y contempla después cómo su hermano Giscón sacrifica su vida por lealtad a su palabra. Rinde culto a los dioses pero comprueba que no todos los druidas son iguales. En último extremo, llamado por la tradición a cumplir el deber familiar en el campo de batalla, elige vivir a pesar de saberse condenado al ostracismo. Hombre de paz, se forma como druida y como tal es considerado en toda la Hispania céltica, que recorre. Merino hace en sus páginas un retrato eficaz de una España que conocemos mal, el mundo céltico anterior a la conquista romana. Lo cierto es que, sin recurrir a lo arqueológico, sólo la literatura puede llevarnos a aquel pasado. La moda realista e hiperrealista está dejando espacio a su vez para la literatura histórica. Manuel Hidalgo lo atribuye a un designio del mercado, y seguramente tiene razón: el español culto en disposición de disfrutar de una novela no sigue necesariamente los gustos de la casta intelectual, y en vez de experimentos se aferra a las seguridades de nuestros dos últimos siglos literarios. Entre otros, por cierto, la novela histórica en todas sus formas. Para Hidalgo, el siglo XX ha sido el de la abstracción en la pintura y en la música, la reconstrucción, la fragmentación… "movimientos que cuestionan la realidad y la representación reconocible de la realidad"… pero que no triunfan en un mercado de hombres y mujeres libres, y que mueren sin la protección de las instituciones y sus budas. Merino, en cambio, tiene todos los elementos para gustar y para triunfar. Como se trata de literatura y no de historia está de más la única crítica evidente a este texto: la construcción de los personajes, y especialmente del protagonista y de sus sentimientos, es más contemporánea que "céltica". Decir que Asio es un personaje homosexual es tanto como llamarlo astronauta –igualmente imposible, a milenios de distancia- pero ciertamente en más de un punto se diluyen los límites entre lo que sabemos de la homofilia antigua y lo que añadimos desde nuestra opinión contemporánea. Obviamente una obra literaria puede dar la opinión que prefiera sobre acontecimientos de ficción situados en el pasado, y sería equívoco sólo poner en mentes de hace veintitrés siglos sentimientos y prioridades que son, si acaso, de hoy. Pero es la grandeza de la literatura, y como tal este Druida es agradable, ameno e inspirador, muy por encima de la media de lo que hoy estamos acostumbrados a padecer. |
Best-sellers españoles
Febrero
2009
1. El juego
del ángel de Carlos Ruíz Zafón. Planeta.
2. Paraiso inhabitado de Ana María Matute. Destino.
3. El sari rojo de de Javier Moro. Seix Barral.
4. Coltan de Alberto Vázquez-Figueroa. Ediciones B
5. El druida celtíbero de Ignacio Merino. La Esfera
2. Paraiso inhabitado de Ana María Matute. Destino.
3. El sari rojo de de Javier Moro. Seix Barral.
4. Coltan de Alberto Vázquez-Figueroa. Ediciones B
5. El druida celtíbero de Ignacio Merino. La Esfera
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T
domingo 1 de marzo de 2009
Amílkar, Aníbal, Asdrúbal, Istolacio, Indortas… algunos de ellos conocidos y otros no tanto, y
junto a estos personajes un jovenAsio y su hermano Giscón… batallas, druidas… Lo ojeé en el VIPS y me gustó el
argumento, además el autor es de Valladolid, y su foto en la contraportada, me
recordó a un amigo. No es que sean motivos suficientes para comprar un libro,
pero sí una buena excusa. (Ana ya no sabe donde poner todos mis libros).
Amílkar pretende hacerse con el control de Spania buscando la plata con la que pagar la campaña contra Roma, pero los pueblos celtas no están dispuestos a someterse…Una novela muy bien ambientada,arévacos, berones, carpetanos, turdetanos, vacceos y vetones que me ha recordado un viejo libre que leí de pequeño sobre Asdrúbal y Aníbal.
Una historia original, muy bien elaborada, donde vas percibiendo los cambios, en algunos casos forzados, en el alma del protagonista:Asio, joven adelantado para su tiempo que lucha contra la tradición y las normas establecidas, aunque personalmente creo que Ignacio Merino se excede en algo y es en aderezar el perfil de Asio con su homosexualidad. Relaciones homosexuales que a todas luces son innecesarias para el transcurrir de la novela, llegando en algunos momentos en hacerse poco creíbles, no me imagino al pueblo celta con esas costumbres. En fin quizás sea que es algo habitual en nuestros días. [sencillamente flipante]
El título puede inducir al lector a error, porque sólo al final aparece la figura del druida, y aunque es un buen final creo que podría haber dado más juego, habrían venido bien unas cuantas páginas más.
Pero en resumen, salvo estos pequeños detalles, el libro me ha gustado, y te hace pensar en que a pesar de todas las trabas el hombre siempre se levanta e intenta encontrar su camino, dándole sentido a su vida.
He apuntado un par de frases:
Amílkar pretende hacerse con el control de Spania buscando la plata con la que pagar la campaña contra Roma, pero los pueblos celtas no están dispuestos a someterse…Una novela muy bien ambientada,arévacos, berones, carpetanos, turdetanos, vacceos y vetones que me ha recordado un viejo libre que leí de pequeño sobre Asdrúbal y Aníbal.
Una historia original, muy bien elaborada, donde vas percibiendo los cambios, en algunos casos forzados, en el alma del protagonista:Asio, joven adelantado para su tiempo que lucha contra la tradición y las normas establecidas, aunque personalmente creo que Ignacio Merino se excede en algo y es en aderezar el perfil de Asio con su homosexualidad. Relaciones homosexuales que a todas luces son innecesarias para el transcurrir de la novela, llegando en algunos momentos en hacerse poco creíbles, no me imagino al pueblo celta con esas costumbres. En fin quizás sea que es algo habitual en nuestros días. [sencillamente flipante]
El título puede inducir al lector a error, porque sólo al final aparece la figura del druida, y aunque es un buen final creo que podría haber dado más juego, habrían venido bien unas cuantas páginas más.
Pero en resumen, salvo estos pequeños detalles, el libro me ha gustado, y te hace pensar en que a pesar de todas las trabas el hombre siempre se levanta e intenta encontrar su camino, dándole sentido a su vida.
He apuntado un par de frases:
“El tiempo sólo está en nuestras cabezas y es el corazón quien dicta las distancias”.
“Hay tres cosas que una persona es: lo que ella piensa que es, lo que los demás piensan que es y lo que realmente es”
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El Druida Celtibero/
The Druid Celtiberian by Ignacio Merino (2009, Paperback)
Author: Ignacio Merino
Publisher: Esfera De Los Libros
Publication Date: 2009-01-01
Language: Spanish
Format: Paperback
ISBN-10: 8497346173
ISBN-13: 9788497346177
Product ID: EPID72435239
[Artículo de
Efe publicado por 23 periódicos españoles]
Valladolid.- La capacidad de darse cuenta de los errores y de
imprimir un giro en la vida personal y profesional de quien sabe rectificar a
tiempo constituye la dinámica argumental de "El druida celtíbero", el
nuevo libro del escritor Ignacio Merino, cuya trama guerrera ha ambientado en
el siglo III antes de Cristo.
(EFE)
El escrit
Con la base histórica de guía y la "intuición y el método
deductivo" del propio literato como surtidor de una historia que ha
pretendido "ser fiel a los hechos", pero con alto grado literario,
Merino ha tratado de rescatar del baúl el ambiente celta y la filosofía
druídica, según ha explicado en una entrevista con Efe.
En su cuarta novela, donde continúa por la senda histórica española de la
que se proclama adicto, relata la vida de Asio, un joven que se embarca en la
guerra contra el general cartaginés Amílcar Barca en el siglo III antes de
Cristo, después de que éste regresase a la península para conseguir la
suficiente plata para pagar su derrota a Roma.
El protagonista acaba convirtiéndose en un héroe de paz entre los
celtíberos al encontrar su verdadera identidad tras darse cuenta de que su
intervención, impuesta por los demás, atenta contra su ideal, por lo que deja
las armas para cambiar de vida y promulgar la paz.
Vista la situación política de la actualidad, el escritor no ha dudado en
trazar un paralelismo de la misma con la conversión de Asio, quien se vio
envuelto en las luchas políticas y militares del momento y supo rectificar a
tiempo en su error, a pesar de las consecuencias.
Ignacio Merino, que a lo largo de su trayectoria ha escrito, entre otros
estilos literarios, ensayos, poesía y biografías como la de Ramón Serrano
Súñer, ha presentado hoy el libro en una librería de Valladolid, la ciudad en
la que nació en 1954.
Sus antecedentes novelísticos vienen por "Amor es Rey tan Grande"
(2000), con la pasión y el martirio de Leonor de Guzmán como protagonistas,
"La ruta de las estrellas" (2002), sobre Juan de la Cosa y "Por
el Empecinado y la Libertad" (2003), basada en el guerrillero Juan Martín.
Algo más de dos años ha empleado para escribir la novela, para lo que ha
asumido la dificultad de basarse en un período histórico del que apenas existe
información, y con el inconveniente de que la que hay procede de la
historiografía romana, el pueblo que acabó con los celtas y cuya cultura se
impuso hasta borrar los rasgos genuinos anteriores a ella.
De cualquier modo, a juicio de Merino, la romana es una herencia que ha
quedado en la península ibérica y que, a pesar de acabar con los celtas, fue en
algunos casos muy "admirativa hacia lo hispano".
En su opinión, el celta fue un pueblo encargado de configurar mucho lo
hispano, antes de que los fenicios pusieran el nombre de Hispania.
El escritor, que desde su juventud empezó a sentir pasión por la historia,
ha basado su obra literaria en esta disciplina, tras licenciarse en Filología
Inglesa y diplomarse en Psicología y Filosofía Pura, así como trabajar entre
otros asuntos como jefe de la embajada de España en Londres.
Reconoce que en cuanto a las modas, la novela histórica, que él mismo
reivindicó en la década de 1990, "se ha pasado de rosca", después de
que muchos escritores la hayan usado de forma oportunista y proliferado libros
de este estilo "poco fidedignos que más bien eran de intriga".
Frente al Reino Unido, donde usan la historia como "un sello y una
industria", a su juicio no se aprovecha lo suficiente en España, a pesar
de tener unos antecedentes "históricos riquísimos" y la misma
capacidad para aprovecharlos.
"En este país todavía estamos con una crisis adolescente en cuanto a
nuestra identidad y la historia sigue siendo un conflicto y una cuestión de
dolor", ha señalado Merino.
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EL DRUIDA CELTIBERO
editorial: LA
ESFERA DE LOS LIBROS año de edición:2009 páginas:416 formato: TELA
isbn:978-84-9734-617-7 materia:BEST-SELLERS
23,00 €
SINOPSIS
Durante el último tercio del siglo III antes de Cristo,
los pueblos celtas de la Península Ibérica resisten con bravura al invasor
cartaginés. Amílkar Barca ha desembarcado en Spania con la intención de
conseguir grandes cantidades de plata para pagar su derrota a Roma. El joven
Asio ve con horror cómo su hermano Giscón se inmola con los soldurios devotos
del caudillo Istolacio, tras la muerte de éste a manos del despiadado Amílkar.
Asio es designado jefe del escuadrón arévaco en la nueva rebelión celta, pero el horror de la guerra le empuja a abandonar las armas. De regreso a Tiermes, su tierra natal, el Consejo de Ancianos le expulsa de la ciudad. Asio buscará entonces su verdadero destino como hombre de paz hasta convertirse en el druida más respetado entre los valientes clanes celtíberos.
Asio es designado jefe del escuadrón arévaco en la nueva rebelión celta, pero el horror de la guerra le empuja a abandonar las armas. De regreso a Tiermes, su tierra natal, el Consejo de Ancianos le expulsa de la ciudad. Asio buscará entonces su verdadero destino como hombre de paz hasta convertirse en el druida más respetado entre los valientes clanes celtíberos.
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CULTURA
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Ignacio Merino novela la lucha de Spania contra Cartago
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MARIA PEREZ Madrid
Druidas, guerreros que luchaban por honor y astutos caudillos y druidas
que oficiaban ritos sagrados habitaban en Spania -nombre con el que los
púnicos bautizaron la Península Ibérica- en el siglo III a.C. Pero su
libertad estaba amenazada. El ejército de Cartago, comandado por Amílkar
Barca avanzaba hacia el interior de la Península para expoliar los
yacimientos de plata que permitirían a los cartaginenses pagar la deuda
exigida por Roma tras su victoria en la Primera Guerra Púnica. Para defender
la que se había convertido ya en su tierra, este mosaico de tribus celtas y
celtíberas asentadas en el centro y norte de la Península abandonarán sus
luchas intestinas y se organizarán frente al invasor. Mientras, Roma vigila.
Este es el mundo heroico que el historiador Ignacio Merino ha reflejado
en su nueva novela El druida celtíbero,
(La Esfera de los Libros). Lo describe a través de un joven que pertenece a
la tribu más poderosa de los celtíberos -los arévacos-, que se ve obligado a
participar en la guerra y que acaba entrando en contacto con todos los
pueblos que, como los griegos, vivían en Spania.
«Es una época muy desconocida», los vestigios históricos no han aportado
mucho y falta información, señala Ignacio Merino. Para documentarse, el autor
ha tenido que recurrir, sobre todo, a los datos que proporciona «la
historiografía de Roma, el pueblo que destruyó este mundo». Merino reconoce
animadversión por Amílkar Barca, un personaje que con su llegada, envuelta en
engaños, rompió la convivencia más o menos pacífica que los celtíberos
mantenían con fenicios y griegos. Este general que «acudía maquillado a la
batalla» y «trataba con sadismo a los caudillos celtas» aspiraba, al
principio, «a convertirse en rey de Spania», una tierra que «no entendía y
despreciaba».
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Entrevista
diario DÍA Valladolid
El
vallisoletano Ignacio Merino ha ambientado su última novela, El druida celtíbero -que presentó ayer en la librería Oletvm-, en
la Península Ibérica del último tercio del siglo III a. C. El caudillo
cartaginés Amílkar Barca llega a Spania para apoderarse de su plata y su estaño
y el joven Asío tendrá que elegir entonces entre convertirse en jefe militar o
seguir el camino de espiritualidad de los druidas.
De esa época
apenas existen fuentes escritas, salvo las romanas, lo que la convierte en un
terreno pantanoso. En el prólogo, usted invoca «la intuición y el método
deductivo» para cubrir las lagunas que deja la Historia...
La historiografía romana, la de los vencedores, es suficientemente extensa en cuanto a las tribus y la realidad de la España antigua. Conocemos muy bien las localizaciones, las batallas... así que he podido rehacer todo el eje histórico. Otra cosa eran las costumbres, la cotidianidad... pero ahí es dónde está el talento y el cometido del novelista: poder hacer una versión verosímil, aunque no sea absolutamente veraz.
La historiografía romana, la de los vencedores, es suficientemente extensa en cuanto a las tribus y la realidad de la España antigua. Conocemos muy bien las localizaciones, las batallas... así que he podido rehacer todo el eje histórico. Otra cosa eran las costumbres, la cotidianidad... pero ahí es dónde está el talento y el cometido del novelista: poder hacer una versión verosímil, aunque no sea absolutamente veraz.
Su protagonista
prefiere la paz, pero llega un momento en el que asume que hay guerras justas y
necesarias. Esa contradicción, ¿es la que le humaniza?
Creo que sí. Es capaz de asumir sus errores y volver a rectificar en el momento necesario. La inteligencia y la honestidad es la capacidad de adaptarse a las circunstancias.
Creo que sí. Es capaz de asumir sus errores y volver a rectificar en el momento necesario. La inteligencia y la honestidad es la capacidad de adaptarse a las circunstancias.
El joven
Asio es hijo de madre celta y padre griego. Esa procedencia híbrida, ¿busca
representar la España que se ha construido desde la antigüedad sobre una mezcla
de razas y culturas?
Sí, es una representación evidente del mestizaje y también una fuente de conflicto. Él es de condición ilegítima y va a conocer el mundo celta y el griego. Eso tiene mucho que ver con la experiencia del amor que tiene, el de un chico, y no una chica, con el que se crió y cuya amistad de niños evolucionó en amor. Son unos amantes escondidos porque está mal visto entre los celtas, pero cuando va a Ampurias, entre su padre y sus amigos griegos es algo admitido. Él vive esa dicotomía como algo natural.
Sí, es una representación evidente del mestizaje y también una fuente de conflicto. Él es de condición ilegítima y va a conocer el mundo celta y el griego. Eso tiene mucho que ver con la experiencia del amor que tiene, el de un chico, y no una chica, con el que se crió y cuya amistad de niños evolucionó en amor. Son unos amantes escondidos porque está mal visto entre los celtas, pero cuando va a Ampurias, entre su padre y sus amigos griegos es algo admitido. Él vive esa dicotomía como algo natural.
La
representación más popular del druida es la del Panorámix de los cómics de
Astérix y Obélix. ¿Cuánta distancia hay entre él y la realidad?
No mucha. La genialidad de Goscinny y Uderzo fue crear unos personajes muy cercanos a la realidad. El druida era un sacerdote que convivía con la tribu y se dedicaba a los ritos pero también cuidaba de la salud, sobre todo de la espiritual. Me temo que aquellas pócimas que hacían para las fiestas debían tener suficientes alucinógenos como para inducir ciertos estados.
No mucha. La genialidad de Goscinny y Uderzo fue crear unos personajes muy cercanos a la realidad. El druida era un sacerdote que convivía con la tribu y se dedicaba a los ritos pero también cuidaba de la salud, sobre todo de la espiritual. Me temo que aquellas pócimas que hacían para las fiestas debían tener suficientes alucinógenos como para inducir ciertos estados.
¿Esos
druidas están más lejos de los médicos actuales y más cerca de los chamanes
indios?
Un poco de todo. No los trataría de identificar con otras culturas porque tenían una significación muy propia. Es una cultura muy espiritual, basada en la naturaleza. Se ocupaban de educar a los niños en la naturaleza, pero también en la sabiduría. Los druidas eran capaces de sellar paces y concertar treguas. Eran personas sagradas.
Un poco de todo. No los trataría de identificar con otras culturas porque tenían una significación muy propia. Es una cultura muy espiritual, basada en la naturaleza. Se ocupaban de educar a los niños en la naturaleza, pero también en la sabiduría. Los druidas eran capaces de sellar paces y concertar treguas. Eran personas sagradas.
La novela
histórica española ha vivido en los últimos años el auge de títulos ambientados
entre la época celta y la visigoda, como El último soldurio, de Javier Lorenzo,
o La visigoda y Astur, de Isabel San Sebastián. ¿A qué se debe este nuevo
interés?
A que es un territorio virgen, sin explorar en la cultura contemporánea, del que sólo sabemos lo que nos ha contado la historiografía decimonónica, tan limitada. Para los escritores es un territorio riquísimo, lleno de historias.
A que es un territorio virgen, sin explorar en la cultura contemporánea, del que sólo sabemos lo que nos ha contado la historiografía decimonónica, tan limitada. Para los escritores es un territorio riquísimo, lleno de historias.
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