Creadores Francmasones
Es muy conocida la escasa nómina de
masones ilustres que suelen manejar los medios de comunicación españoles:
Mozart, los presidentes norteamericanos, muchos políticos de la II República,
un par de astronautas… y pare usted de contar. Se cita más a Azaña, cuya
filiación masónica fue flor de un día pues a él en realidad no le interesaba el
asunto, que a Ramón y Cajal, francmasón ejemplar en todos los sentidos. Mucho
se habla también de Machado, el poeta de soledades e ideales masónicos que
escribió al Maestro Francisco Giner de los Ríos el poema más conmovedor, sin
que ninguno de los dos fueran asiduos y regulares “hermanos”. Por el contrario,
apenas se recuerda la condición masónica de Blasco Ibáñez.
La eclosión de la
Modernidad post-napoleónica, con el triunfo de la burguesía, el esteticismo y
los ateneos literarios, propició un fuerte incremento de las logias masónicas,
en las que el librepensamiento y la ética cívica atrajeron a gran número de
creadores. El espíritu crítico e independiente del artista-intelectual con
imaginación, encuentra feliz acomodo en estos “talleres” en los que se practica
el rito pagano de la construcción, el estudio de los símbolos, la discusión
razonada y los ágapes, todo dentro de un sano ambiente de igualdad sazonado con
espíritu fraternal.
A escritores tan
distintos como Dickens, Pushking, Dumas, Mark Twain y Oscar Wilde, les unió su
pertenencia a la Fraternidad Universal y tal vez su versatilidad creadora,
aunque la aventura es otro nexo importante: Arthur Conan Doyle, y Kipling son
los más conspicuos, pero no les va a la zaga el gran Cocteau.
La música, sin embargo,
es el universo creativo más afín. La de
cámara nació de manos masónicas como armonía entre voces distintas. A la manida
alusión a Mozart, hay que sumar el trío de magníficos que compartieron genio y
hermandad: Bach, Haydn y Beethoven. El siglo XX, por su parte, está
representado por un póker de ases: Louis Amgstrong, Duke Ellington, Nat King
Cole y Gershwing.
El cine ha sido un filón. De Cecil B. de Mille a Walt Disney, pasando por actores tan
inteligentes y carismáticos como Douglas Fairbanks, Clark Gable y Peter
Sellers.
Hugo Pratt pertenece al
clan de los aventureros y venecianos. Su personaje, el inolvidable y conmovedor
Corto Maltés, podría ser un paradigma del masón: considerado, estoico, con un
punto misterioso y algo melancólico. París se rinde ante él.
IGNACIO
MERINO
Escritor e historiador
Maestro
Masón de la Gran Logia Simbólica Española
De lo que no cabe duda es de que progreso, solidaridad, belleza y compromiso forman la tela con que se teje la estructura mental del masón.
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