viernes, 9 de agosto de 2019

Muy buenas.

Retomo este blog siguiendo el consejo de mi amigo Luis Arroyo Zapatero, a quien conozco desde niño por la gran amistad entre nuestras madres, y la adoptada de los respectivos padres, claro [ambos eran excelentes pianistas, el mío más académico y el de Luis fabuloso improvisador, como su hermano pequeño el bellísimo Javier]

Vuelvo con la vieja idea de que los blogs son para dar la brasa con más soltura -y espacio- que en Facebook y por supuesto que en Twiter, esa inclemente red de multitudes tabernarias e individuos rampantes con tendencia narcistoide a lamerse los dones en público [razón por la que la he evitado impertérrito durante diez años].

Así que aquí me tenéis de nuevo, dispuesto a la aventura. Después de cinco años de estar varado en el puerto umbrío de la resignación e igual de loco por explorar, navegar por lo desconocido y bogar a gusto por lo ya transitado, voy a botar de nuevo este esquife a ver si surca las procelosas aguas con alma marinera y sabe desplegar velas de galeón cuando haga falta.

Recuerdo que lo dejé languidecer, como muchos de vosotros, porque a todos nos daba pereza entrar en blog ajeno habiendo tanto condumio en la bandeja inmediata del Face. Salvo, como es natural, por una breve y sabrosa pitanza, un pincho ganador como esos que inundan las barras de Valladolid, una tapa a la vascongada llena de acierto o las puntillitas y demás mariconadas excelsas de Cádiz, incluidas todo tipo de variedades de tempura {qué gusto, poder poner una cursiva} en la Andalucía que arrebata los sentidos y te pone en situación.

Dejé esto hibernar y decidí abrir otra cuenta más en Facebook, centrada en la faceta literaria y que hoy aparece como Personaje público-Página Oficial, glubs. Se llama Escritor Ignacio Merino y aunque ya sé que suena pretencioso -álgún simpático incluso me lo ha dicho a mis barbas- lo hice porque estaba hasta el moño de encontrarme siempre en Google a un Ignacio Merino por delante de moi, magnífico pintor peruano por cierto, de Piura por más señas, al que hay dedicadas calles, plazas, arboledas, institutos, barriadas y no sé cuántas cosas más, con multitud de entradas en el hiperespacio, pero que está fiambre desde hace décadas. El caso es que abrí la nueva página, puse cuatro cosas y también dejé que languideciera, como el blog; el algoritmo del Face, ese gran hermano fastidioso y torpón cual cerdo orweliano de Rebelión en la Granja (lo cito in extenso para profanos de la cosa, no se me amotinen) no hace más que recordármelo: "Ignacio, hace mucho que no añades nada a tu página Escritor blablabla"; me sulfura, claro y quisiera responder algo tipo "Y tú no haces más que meterte donde no te llaman, cerda inmunda", pero no sé a quién dirigirme, porque al Zucky no, que es majete el chaval.

O zea, quede claro: ESTA ES MI PÁGINA OFICIAL, tanto pública como privada o semi, activa, pasiva y perifrástica, en modo indicativo, subjuntivo y raras veces imperativo, abierta al mundo y cerrada al universo troll y los majaderos/as de turno, no porque me ofendan especialmente sino porque no pierdo el tiempo con sandeces ni me gusta vestir en el ágora los pesados ropones de la retórica bizantina, tan inútil y falsa como el sofisma demagógico, otro que tal baila. Detesto hollar, a estas alturas, el camino despejado a las esferas del inferno umano, y que me perdone il divino Dante pues ya no tengo interés en transitar ni como visitante el lóbrego y glacial submundo en el que penar la culpa, lamentar carencias, acunar resentimientos o regodearse en la impotencia y el arrepentimiento vano. A no ser, claro, que vaya acompañado de un amoroso virgilio transido de luz, junto al que me dé lo mismo ocho que ochenta. o vaya en pos de la utopía imposible con nombre de Beatriz seráfica y no pueda evitar perderme por los atribulados estratos de un purgatorio que lo mejor es evitar.

Bienvenidos, pues, espíritus libres y librepensadores, con retruécano incluido. Aquí tendréis un triclinio dispuesto siempre para el banquete de las ideas, protegido por la parra de la amistad enredada al pórtico que sujetan el Bien, la Verdad y la Belleza. Se servirán dulces higos del pensamiento, nueces del saber, vino para enraizarse a la tierra y soportar la existencia y un queso blanco como vuestro corazón escondido, para que ayuden a florecer las delicias del diálogo entre personas {en el mejor sentido del término griego 'persona'}

Hasta luego

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